Dialogamos con la docente Teresa Gil, quien recibió la noticia del fallecimiento del Papa Francisco desde Casa Angelelli, La Rioja. Con ella repasamos parte del legado de quien fuera por estos años el máximo referente de la Iglesia Católica.
Velamos a nuestros muertos, hacemos memoria del paso de ellos por nuestras vidas y yo creo que a Francisco lo sentimos uno de los nuestros y desde que trascendió su noticia hemos… esto nos pasa, lo que estoy escuchando así que comentabas antes todas las repercusiones, como nos ha tocado y bueno, voy a hacer algunas cuestiones que hoy llegan a mi memoria, expresó Teresa a en la mañana de este lunes 21 de abril.
Escuchá la entrevista:
«La primera cosa que puedo decir es que Francisco se llevaba muy bien con las redes porque eso muestra una clara decisión de hacer comunicable su sentir, sus ideas y ahora mismo están circulando muchos recortes de sus dichos y eso nos actualiza su pensar entre nosotros pero también yo creo que es una invitación a detenernos, a leerlo y a ahondar en sus textos si bien sus comunicaciones son en el contexto de comunicaciones institucionales, eclesiales Francisco supo recuperar un sentido del Vaticano II de dirigir los mensajes a todos los hombres y mujeres de buena voluntad yo creo que hay un nivel de humanidad en sus textos y una belleza también en su modo de decir que estaría bueno que nos podamos detener en algún momento a leerlo por ejemplo, tiene un documento que se llama Fratelli Tutti que habla de la amistad social, cómo cuidar esta casa común y particularmente el último escrito es sobre el Sagrado Corazón y se llama «Nos amo»» y nos invita a recuperar la ternura y creo que nos vendría muy bien volver a poner énfasis en la ternura en estos tiempos tan feroces.
A él le gustaba compartir sus modos de ver el mundo y en ese compartir él hablaba como utilizaba cuatro principios políticos que nos invitaba a aplicarlo para adentrarnos y para entender las realidades políticas, culturales del país y las denuncio simplemente porque también habría que hablar mucho de cada uno de esos principios pero los nombro y una cosita mínima sobre cada uno:
El primer principio es la realidad es superior a la idea a él le gustaba mucho hablar utilizar la expresión tocar la realidad así como lavó los pies de presos él temía mucho que nuestro andar por las ideas nos alejara de vincularnos y comprometernos con la realidad que pisamos todos los días.
El segundo principio el todo es superior a la parte.
El tercer principio la unidad es superior al conflicto como la construcción de cualquier identidad comunitaria tiene que pasar, superar el conflicto porque hay algo mayor que el conflicto que es la necesidad de caminar juntos y juntas.
El cuarto principio, que dice que el campo es superior al espacio. Y él contrapone la lógica de los imperios, cuyo objetivo es la expansión territorial. Y él dice que frente a eso hay que volver a la lógica del pueblo que confía en iniciar procesos. Y bueno, para darnos tarea, para seguir pensándonos en clave comunitaria, de fe y de mayor humanidad. Bueno, el Papa Francisco principalmente no evadió la respuesta ante eso. Él lo ve como un peligro, como una amenaza que acecha la humanidad. Entonces, él frente al avance de las ultraderechas dice que si hubiese un antídoto, es la justicia social. Lo dice con ese nombre, da vueltas, expresa que las ultraderechas son centrípetas, se vuelven a ser sí mismas. Y en contraposición habla del salir para afuera, que nos invita a poner nuevamente en el centro al pueblo sufriente, al pueblo pobre. Y que en cuanto nos organicemos y atendamos el clamor del pueblo pobre, haremos posible este antídoto con las ultraderechas. Es muy claro en eso.
Ahora estoy en Rioja, tierra de mártires, y justamente Monseñor Angelelli, asesinado a causa de su fe en tierra riojana, él contaba que le gustaba pensar que en su tumba iba a haber flores amarillas, porque las flores amarillas son las flores que puede recoger el pueblo de las sierras, de los lugares sencillos también. Entonces él soñaba una tumba con flores amarillas. En una de las últimas apariciones públicas del Papa, asomado a la Plaza San Pedro, entre el gentío él logra ver a una mujer con un ramo de flores amarillas, y detiene su mirada ahí y la nombra a esta mujer, y nombra esas flores amarillas. Y para mí significa un gesto muy decididor de Francisco que nos ayuda a reconocer a dónde poner el ojo, a dónde detenernos, a dónde tiene que estar fijo nuestro proyecto, nuestro deseo de una mejor humanidad, y bueno, me parece que es una muy buena metáfora del legado de Francisco para nosotros. Ojalá que estemos a la altura de un pastor sensible, preocupado por la justicia y cercano a su pueblo. Ojalá seamos, honremos su memoria, y vuelvo a lo que decíamos recién de… … física, supone el esfuerzo por volver a ser presente a ese que ya no está físicamente en la presencia de todos los días. Y en ese descubrimiento yo creo que se puede juzgar el futuro de nuestra iglesia, de nuestras comunidades, de las organizaciones populares. Ojalá estemos a la altura.