El 4 de junio de 1982, la pianista Leonor Marzano, creadora del Cuarteto Leo, realizaba la primera presentación en la antigua radio LV3. Fue la antesala del histórico primer baile en la localidad de Pichanas, en donde se empezó a esparcir por el aire de la provincia el inconfundible ritmo del tunga tunga. Aquella actuación marcó el inicio de un fenómeno que, sin saberlo, cambiaría para siempre la identidad sonora de la provincia.
Inspirado en ritmos europeos como el pasodoble, la tarantela y el foxtrot, el cuarteto fue adoptado por las clases populares como una forma de expresión genuina. En los clubes barriales y los salones sociales, el género comenzó a crecer al ritmo del piano, el acordeón, el violín y el contrabajo. Pronto, los bailes de cuarteto se convirtieron en el punto de encuentro de miles de personas que encontraban en esa música una forma de alegría, resistencia y comunidad.
Durante las décadas de 1950 y 1960, el género se consolidó como una expresión profundamente cordobesa. La aparición de nuevas agrupaciones como Cuarteto Berna o el Cuarteto de Oro marcó el comienzo de una profesionalización artística que tendría su punto más alto con la irrupción de Carlos “La Mona” Jiménez en los años 70. Dueño de un carisma desbordante y de una conexión única con el público, La Mona no solo se convirtió en ídolo: transformó al cuarteto en bandera.
En los años 80 y 90, el género siguió creciendo y diversificándose. En el año 1989, nace radio La Ranchada, la primera FM en transmitir la música popular de Córdoba. Durante esos años, fue toda una novedad ya que se consideraba al cuarteto como un genero popular de las villas y los barrios, sin tener espacio en los medios masivos de la época. Luego de años de liderar audiencia, la música popular de la provincia copo el espacio radiofónico.
Allí aparecieron figuras como Rodrigo “El Potro” Bueno, quien con su magnetismo llevó el cuarteto a los escenarios nacionales, transformando al ritmo cordobés en fenómeno argentino. Su trágica muerte en el año 2000 no hizo más que consagrar su legado.
Con el nuevo milenio, nuevas generaciones comenzaron a redefinir el cuarteto. Damián Córdoba, Walter Olmos, Jean Carlos, entre otros, introdujeron elementos electrónicos, letras románticas y fusiones con otros géneros. Hoy, bandas como Q’Lokura, La Konga, La Barra o LBC combinan cuarteto tradicional con estética actual, producción moderna y estrategias de redes sociales para llegar a públicos jóvenes.
Este recorrido de más de 80 años fue finalmente reconocido en 2023, cuando la Legislatura de Córdoba declaró al cuarteto como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Provincia. Un gesto simbólico, pero profundamente justo, que reafirma el valor cultural, identitario y emocional que tiene esta música para el pueblo cordobés.
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