Por Eva Fontdevila (*)
En días recientes desde el gobierno nacional se afirmó que la baja de la tasa de natalidad en Argentina es consecuencia de la lucha y la agenda de derechos que el movimiento de mujeres y de la diversidad lleva adelante desde hace décadas. Según esa visión, el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo está amenazando el crecimiento poblacional y por lo tanto el desarrollo del país. Si bien esa asociación no se sostiene con datos reales, el razonamiento falaz opera como un resorte más de la “batalla cultural” emprendida en Argentina por el gobierno de Javier Milei.
Como comunicadores y comunicadoras, nos encontramos ante el desafío de reponer pisos elementales de debate y de comprometernos más que nunca con los datos y los hechos; tenemos nuestros cuerpos y nuestras voces para seguir defendiendo la comunicación democrática en un contexto hostil ya ampliamente caracterizado.
En diciembre de 2023 la brusca devaluación de la moneda nacional y las posteriores políticas liberales condujeron a un récord del nivel de la pobreza y la indigencia en el país. En ese marco, entre las primeras medidas oficiales de ajuste se anunció la reorganización de la estructura del Estado nacional, con dos líneas específicas que atacan el trabajo que llevamos adelante las radios comunitarias: la cancelación de la pauta oficial y el desmantelamiento de las políticas de fomento de la comunicación comunitaria, popular, indígena y cooperativa que permitieron un incipiente reconocimiento al trabajo de comunicadores y comunicadoras populares.
Por la precarización y la persecución, las mujeres comunicadoras rurales, indígenas y de sectores vulnerabilizados están más expuestas y exigidas; en muchos casos deben dejar sus tareas de comunicación comunitaria yvolcarse al cuidado familiar y comunitario, o al trabajo informal. Esto debilita las conquistas del movimiento de las radios comunitarias, que pretenden garantizar el acceso a una diversidad de voces y de temas a las audiencias y en particular la agenda degénero. Asimismo, están expuestas a la violencia digital creciente. Por ello entendemos que tenemos la responsabilidad de fortalecer el rol de las comunicadoras de radios comunitarias, para garantizar el acceso a derechos de las audiencias y de las propias comunicadoras en su rol.
En la última década en las radios comunitarias se avanzó en la incorporación de la mirada de género, así como en la institucionalización de prácticas, desde la propia reflexión y problematización de los colectivos que gestionan los medios.
Nuestras emisoras estuvieron históricamente comprometidas con la visibilización de los colectivos en situación de vulnerabilidad, la difusión de políticas públicas de ampliación de derechos, educación sexual integral, acceso a derechos sexuales, y a la lucha contra las formas de violencia contra las mujeres y otras identidades de género.
En este contexto, FARCO se planteó la necesidad de conocer y visibilizar la situación de sus radios socias en cuanto a la mirada de género en distintos aspectos. Un equipo de compañeras realizó dos sondeos, uno en 2019 y otro en 2024. El relevamiento tenía como objetivo conocer cuántas mujeres y diversidades integran las radios, saber qué tipo de tareas realizan, si cuentan con espacios de cuidado para las infancias, y protocolos de actuación ante casos de violencia de género dentro de las radios.
Mediante un formulario digital, del relevamiento participaron 82 radios que integran la red nacional, con un crecimiento en la cantidad de emisoras encuestadas respecto al realizado en 2019.
La participación de las mujeres, de acuerdo con lo relevado, se verifica en todos los roles. En 66 de las radios hay mujeres en producción; en 65 emisoras en gestión, conducen programas semanales en 62 radios y en 55 emisoras las mujeres hacen operación técnica. Además, 8 mujeres ocupan cargos en la mesa directiva nacional de FARCO.
Sin embargo la brecha de género persiste en los roles y saberes estrictamente técnicos (reparación, instalación, mantenimiento) y en la producción audiovisual. Se trata de áreas históricamente masculinizadas y en las que habitualmente se invierten los recursos económicos que consiguen gestionar las radios. FARCO trabaja para reducir esa brecha a través de capacitación y formación. Se realizaron encuentros de mujeres técnicas y el curso “¡A las consolas!” destinado a mujeres y diversidades. 630 personas participaron en espacios de formación sobre la temática. Y hasta el momento, 21 radios desarrollaron protocolos de actuación contra las violencias por motivos de género.
El proceso de reflexión y la información arrojada por este relevamiento quedaron plasmados en la producción de una serie de materiales que, con apoyo del Fondo de Acciones Urgentes para América Latina y el Caribe, FARCO pone a disposición con motivo de una nueva edición de la jornada de movilización “NiUnaMenos”: un cuadernillo digital en el que se plasman los datos sobre la participación de las mujeres en las radios; una guía para el armado de protocolos contra las violencias por razones de género en las radios y una serie de spots radiales y producciones audiovisuales que abordan distintos aspectos y revalorizan el rol de las comunicadoras comunitarias para la agenda de género. Estas producciones estuvieron a cargo de integrantes de Radio Estación Sur, Futura, Una radio muchas voces, FM Raco, Radio Kermes, Radio Encuentro y Radio Tierra Campesina.
FARCO tiene una trayectoria de trabajo desde la comunicación comunitaria y popular en relación con la instalación de la perspectiva de género y diversidad, y como movimiento de derechos humanos. Estas acciones se enmarcan en una estrategia de promoción de derechos que incluye sostener programación propia en las radios, el informativo federal de frecuencia diaria, la agencia de noticias propia, pero también una gran articulación con otras redes de medios para visibilizar las voces de las activistas y organizaciones defensoras de derechos humanos en general. Esta perspectiva es constitutiva de la identidad de FARCO como organización.
En la defensa del derecho a la comunicación como derecho humano (plasmada en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, que cumplió 15 años recientemente) está el centro de la lucha de nuestra red. La participación de mujeres y el colectivo de la diversidad en las radios es un objetivo central, habida cuenta de las realidades y necesidades que la propia red se encarga de relevar.
(*) Integrante de FM Raco de Tucumán y de la Mesa Directiva Nacional de FARCO.
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