*Por Cristina Cabral, Radio Encuentro de Viedma
Francisco Díaz, productor audiovisual, docente e investigador de la Universidad Nacional de Lanús que dirige el documental “Desmontar la Máquina” que estará disponible el 9 y 10 de octubre en el marco de las actividades por el Día de la Salud Mental.
En este camino que hiciste con el documental ¿Qué cosas pudiste reafirmar respecto a la salud mental comunitaria?
Es muy particular porque tal vez dentro de lo que son los procesos de tránsito en salud, las propuestas que tienen bases comunitarias, muchas veces quedan invisibilizadas o no tienen la jerarquía para el acceso a los recursos que requieren por parte de los diferentes estamentos estatales. Pero no se trata sólo de salud, – que es una de las cosas que se pone en discusión en el documental, y que está en la base de la ley- es pensarlo de forma integral pensando que el problema es intersectorial y no solo de salud, en donde debe haber necesariamente articulación con otros sectores como lo es Desarrollo Social, Trabajo, Vivienda y un montón de áreas críticas a la hora de pensar de forma integral la salud mental.
En el documental pudimos registrar algunos eventos que fueron sumamente importantes, previo a la pandemia en el 2019. Hubo dos encuentros internacionales en los que tuvimos la suerte de poder viajar a para hacer el registro, uno fue el Encuentro Latinoamericano y del Caribe de Salud Mental y DDHH en Rosario, y otro fue la jornada Regional de Salud Mental Comunitaria en Esquel. En ambos pudimos ver un montón de equipos de diversos lugares comprometidos en el trabajo desde una perspectiva comunitaria pensando en las articulaciones de educación, de trabajo, de justicia, de maneras sanas y felices de transitar la vida de las personas con algún padecimiento de salud mental.
¿La grabación fue en pandemia y la edición fue pospandemia?
Tuvimos que tomar una decisión porque justamente el documental se propone mostrar las experiencias de salud comunitaria que estaban vivas y siguen estando en los diversos territorios, fue salir de Buenos Aires y de poder registrar lo que pasaba en otros territorios como Santa Fe, Rio Negro, Chubut, que a la vez son faros para nosotros, son las primeras provincias que lograron el proceso de transformación que lograron que se materializaran las políticas públicas.
De hecho la primera ley de salud mental es la de Rio Negro, en ese proceso había muchas cosas de las que hablar, entonces cuando sucedió la Pandemia pensamos “¿entra o no entra la Pandemia adentro de la temática del documental?”.
Pero como ya teníamos mucho material previo que no tenía nada que ver con la pandemia, decidimos que no sería parte de lo que abordamos. Sí nos atravesó, como ha atravesado a todos, y parte del alma del documental tiene que ver también con cómo hemos transitado la pandemia. A mí personalmente me ayudó a poder seguir en más contacto con un montón de personas de otros colectivos que felizmente me han producido salud. La realidad es que muchos miembros del equipo a partir de lo que sucedió con la pandemia, hemos volcado nuestro todo el trabajo para repensar todos los procesos vitales en contexto de pandemia y bueno mucho de lo que está en el documental tiene que ver con poner el acento en esos lugares, que en 2019 ya estábamos diciéndolos pero que no tuvieron tanta resignificación como los resignificamos hoy con formas sanas y saludables de educación, de trabajo, de la atención en salud.
¿Cómo se desmonta la máquina entonces? ¿La máquina es ese proyecto de seguir encerrando a lo diferente? ¿La máquina es este sistema?
La máquina en un comienzo del documental alude a la máquina manicomial, a la lógica del encierro, a la lógica del aislamiento, pero también vamos tejiendo otras líneas. Es cómo el documental va resonando con lo que se va viviendo en esos territorios. Si bien podemos pensar en cómo la máquina que motiva al documental tiene que ver con la máquina manicomial y esa necesidad de desmantelarla, es claro que no es la única máquina, o no es la única pieza o el único engranaje, hay otras maquinarias operando que resuenan y funcionan de manera sistemática en conjunto, por eso la idea es que hay que desmantelar todas esas máquinas. Esto no necesariamente tiene que ver con destruirlas, porque es lo que uno piensa con desmontarla. Esto es algo que aparece hacia el final del documental, el desmonte tiene que ver con una lectura que permita comprenderlas y ver tal vez como reconstruirlas de una forma que no sea dañina. Una de las máquinas que hay que desarmar es el patriarcado, otra es el extractivismo, la depredación, de hecho son todas propuestas de desarrollo de políticas públicas que siempre están de la mano con la desmantelación de manicomio junto con lo que es el” No a la Mina”, la” Ley de Humedales”, son cosas que resuenan en los espacios.
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