En Cipoletti, Río Negro, un policía protagonizó otro nuevo hecho de “gatillo fácil” al disparar su escopeta para intentar separar una pelea a la salida de K-Pla, un boliche bailable de la ciudad.
Matías Vázquez se encuentra internado en grave estado de salud con asistencia respiratoria mecánica tras recibir un tiro de la escopeta calibre 260 con munición de estruendo que salió del arma del policía de la provincia.
El abogado de la familia del joven, Michel Rischmann, dijo que si bien se trata de cartuchos no letales, “traen un taco de goma que es lo que produjo todas las lesiones que ponen en peligro la vida de Matías”.
“Por eso la fábrica recomienda que el disparo, por más que sea con munición de estruendo, se tiene que hacer a más 7 metros de distancia del objetivo sobre el cual se intenta apuntar”, remarcó en diálogo con Radio Encuentro.
El abogado además afirmó que tres testigos presenciales declararon, incluso uno de los jóvenes que estaba peleando a golpes de puño con Matías antes que interviniera el efectivo. Para el abogado, el relato de uno de ellos “es muy claro. En ningún momento hubo un forcejeo con el efectivo policial y menos aún algún conflicto con otro policía. Nos da cuenta que el último de los disparos que efectuó con la escopeta fue a menos de un metro de distancia”, comentó.
La defensa del policía – comentó Rischmann – presentó dos argumento “contradictorios”. Por un lado, se trató de un accidente. Por el otro, “y en forma contradictoria, expresó que fue en ejercicio de una legítima defensa conforme establece el artículo 34 inciso 6”.
“Es una cosa o es otra. Fueron muy confusos los argumentos que fueron esgrimidos por la defensa del policía detenido”, puntualizó.
El policía que provocó la herida del joven fue detenido y permanece con prisión preventiva.
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